Lanzan herramienta que detecta textos generado por IAs
Hablamos de demandas, más demandas e inteligencias artificiales.
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Noticias
En Estados Unidos, el Departamento de Justicia y 8 estados de la Unión Americana presentaron una demanda en contra de Google, acusándolo de violación a políticas antimonopolio en el mercado publicitario digital. La demanda dice que Google tiene el control de las herramientas usadas por “editores, anunciantes y vendedores” y “ha utilizado medidas anticompetitivas, excluyentes e ilegales para eliminar o disminuir severamente cualquier amenaza a su dominio sobre las tecnologías de publicidad digital”. Google ha citado como contraejemplos los negocios hechos por Meta, Amazon y Microsoft.
Continuando con los monopolios, fuentes de Político dicen que los investigadores de la Unión Europea planean abrir una investigación sobre Microsoft Teams para saber si el que este producto esté vinculado a la suite de Office afecta la competencia justa. Esta investigación está basada en una queja hecha por Slack en 2020.
En Alemania el grupo manifestante en contra de discursos de odio, HateAid, y la Unión Europea de Estudiantes Judíos presentaron una demanda en la corte regional de Berlín, argumentando que Twitter no ejerce sus reglas en contra del contenido antisemita, incluyendo a quienes niegan el holocausto. Esto último es un crimen en Alemania, en donde se cuentan con leyes muy estrictas en contra de comentarios antisemitas. De acuerdo con los demandantes, el 84% de los posts con comentarios ofensivos no fueron revisados dentro de las plataformas sociales, por lo cual el antisemitismo público se ha vuelto recurrente. Musk ha dicho que respeta las leyes de los territorios en donde opera Twitter, pero no ha comentado sobre esta demanda en particular. Twitter ha despedido a gran cantidad de su personal, incluyendo al que trabaja en áreas críticas como moderación, y desbandó el Concilio de Seguridad y Confianza de Twitter.
La plataforma de diseño de Shutterstock, Creative Flow, ahora ofrece un generador de texto a imagen impulsado por Dall-E 2 de OpenAI. El servicio de stock de imágenes dice que las generadas estarán “listas para ser licenciadas” después de su creación. En octubre, Shutterstock anunció que colaboraría con OpenAI para usar sus bibliotecas de imágenes para entrenar sus algoritmos.
Las organizaciones de escritura sin fines de lucro Quill y CommonLit lanzaron una herramienta llamada AI Writing Check. Como su nombre lo indica, está diseñada para detectar la salida de sistemas de generación de texto por Inteligencia Artificial como ChatGPT. Las organizaciones estiman que tiene una precisión de entre el 80 y el 90% y los maestros deben usarla en conjunto con otras herramientas de verificación, como comparadores de ensayos escritos por estudiantes previamente.
Profesores contra Estudiantes
Al parecer ya empezamos de manera oficial esta carrera entre el gato y el ratón académico. El ratón siendo el estudiante que usa ChatGPT como “auxiliar” en sus tareas, y ahora los profesores podrán utilizar una herramienta desarrollada por un par de empresas sin fines de lucro, la cual sirve para detectar textos que hayan sido generados por chatbots y supuestas inteligencias artificiales.
Esta herramienta empezó a ser desarrollada en diciembre, atendiendo a las preocupaciones expresadas por el sector educativo sobre los ensayos y tareas que pudieron ser generadas por computadoras. No es la primer herramienta enfocada en eso, ya que GPTZero se lanzó antes e incluso podríamos referenciar a herramientas anti-plagio las cuales son usadas de manera regular por universidades para evitar este tipo de copias.
Hay instituciones como Stanford en donde se manejan “códigos de ética” con los cuales se espera que los alumnos mantengan cierto nivel de integridad, y parte de eso implica el ser responsables por la realización de sus trabajos. Otras instituciones podrán ser más laxas, pero si vives en México, sabrás que la presentación de trabajos plagiados debería de tener mayores repercusiones, sin importar el nivel de autoridad que tenga la persona que cometió esa omisión en sus labores de formación.
De acuerdo con los desarrolladores, herramientas como AI Writing Check no son perfectas. Tiene un rango de precisión de entre el 80 y el 90%, esto basado en pruebas hechas con 15,000 ensayos. El profesor deberá de usar otras herramientas para corroborar si el trabajo es original o plagiado, pero esto mismo le ayuda para hacer una labor ingrata como lo es la educación.
Actualmente ya contamos con herramientas que, si bien no son tan sofisticadas, ayudan a hacer distintas labores. Desde las plantillas en office, pasando al texto predictivo de Gmail, y ahora tenemos los generadores de texto. Bien utilizados pueden servir para dar un borrador de una idea original sobre la cual no sabes qué escribir. Este sería un uso positivo, el cual es altamente improbable sea implementado por los alumnos más flojos.
El desarrollo de herramientas más sofisticadas hará que esta cacería se complique. ¿Tendremos que llegar a un punto en donde todos los trabajos deban ser hechos a mano y presentados en persona de manera oral? Ni siquiera esto garantiza que el estudiante no haya hecho el trabajo con otra herramienta, la haya transcrito y memorizado, aunque con algo de suerte, algo de lo que recite como perico se le quedará en su mente.
Aunque algunos cuestionen la practicidad, hay instrumentos más tradicionales que facilitan el aprendizaje. El escribir algo a mano, en papel, ayuda a una mejor retención a si se hace con un teclado. De manera similar, la parte importante de un proceso de aprendizaje es precisamente el proceso, e igual que en labores artísticas, al ejecutar los distintos pasos necesarios para llegar a un fin, es cuando uno logra una mejor comprensión y puede explorar los alcances y limitaciones de una labor. Esto es algo que se pierde completamente cuando solo manejas prompts y pides que una computadora te genere algo sobre lo que no hiciste investigación, y la revisión de datos para corrección tiene menos impacto que la búsqueda propia, desarrollo y revisión posterior.
Por lo pronto, ya hay herramientas para ayudar a los profesores. Entre esto y las implementaciones más reguladas de estas podríamos llegar a establecer su uso correcto para el aprendizaje, de la misma manera en que pasamos de usar enciclopedias físicas, a digitales, a Wikipedia.
Si quieres saber sobre cómo el sector educativo ha empezado a limitar el uso de ChatGPT, revisa nuestro episodio 281, en donde hablamos más al respecto.